Con lo inmenso que es el mundo, con todas sus ciudades, paisajes y monumentos, seguro que hay un pedacito en él, un lugar al que siempre queréis volver, vuestro lugar seguro, vuestro refugio, vuestro “hogar”.
Y sí, hogar entre comillas, porque no me refiero a vuestra casa, me refiero a ese sitio en el que os conocisteis, o al que viajasteis y os enamorasteis de todo, su cultura, sus vistas, su olor, su gente. O mucho mejor, a aquel lugar en el que os daréis el SÍ QUIERO.
Un lugar que no olvidaréis nunca, que es parte de vosotros, de vuestra historia, y queréis que esté presente en vuestras invitaciones de boda.